La revolución como paso necesario de toda evolución

La ley universal de la superación de lo viejo por lo nuevo, da cuenta de los procesos acumulativos y de salto cualitativo que tan bellamente describió Hegel en su momento.

Evidentemente, toda superación se va produciendo en forma gradual pero llega un momento en que la acumulación de nuevos elementos produce un desequilibrio de sistemas que provoca la ruptura del momento anterior. Esta acumulación y descarga (como puede observarse en un condensador eléctrico, por ejemplo) es la que a nivel social se reconoce como "revolución''.

Ahora bien, en toda revolución social (y por ley universal de concomitancia) se transforman no sólo las relaciones sociales de producción sino todas las estructuras que pertenecen al mismo ámbito. En tal sentido, también se operan modificaciones culturales y síquicas en la población. No obstante, conviene ponderar la amplitud de la transformación.

De ninguna manera puede equipararse un golpe palaciego o un contragolpe reaccionario a una revolución como la de octubre de 1917 en la Unión Soviética. A su vez la revolución social de octubre del 17 no cubre completamente la esfera que cubre la revolución cultural de la China actual.

De idéntica manera, la producción del "hombre nuevo" en las revoluciones citadas no alcanza a realizarse por cuanto tal "hombre nuevo" para manifestarse está requiriendo de toda una acumulación biológica y cultural que le permita revolucionarse internamente y en su aparato sico biológico, amen de su ámbito social.

Cuando hablamos de la revolución total estamos refiriéndonos al triple aspecto social, cultural y síquico. Los dos primeros aspectos son también acumulativos para la producción del tercero que debe sintetizarlos.

En la época actual y tanto en el campo socialista como en el capitalista se observa que comienza a cundir la necesidad de "cambio interior" y que los rasgos "mesiánicos" que surgen en la declinación de una civilización y comienzo de otra, se hacen sentir fuertemente.

Tales manifestaciones que en civilizaciones anteriores marcaban un nuevo estado de conciencia aislado, en las actuales circunstancias (tratándose cada día más de una civilización sintética planetaria) denotan una tendencia mundial y una tendencia en el corazón de las mayorías de toda latitud.

A las explosiones revolucionarias en todos los campos (desde lo social a lo científico cultural) empieza a corresponder la revolución síquica con sus síntomas preparatorios de explosiones irracionales que se manifiestan polifacéticamente. En tal sentido, la correntada mesiánica que cobra cuerpo canaliza las aspiraciones y la tendencia al cambio en el interior de las conciencias.

Los cambios síquicos operados desde el comienzo del homo sapiens hasta hoy, guardan similitud con los golpes palaciegos de minorías aisladas. Y si en el campo de la física se logran verdaderas transmutaciones y en lo social y cultural la tendencia es idéntica, no pasará mucho tiempo antes de que estalle esa "reacción en cadena" síquica que trasmute al hombre, superando al homo sapiens actual en un nuevo salto cualitativo. Eso es y será así independientemente de nuestro desagrado o adhesión porque las leyes de concomitancia y de superación de lo viejo por lo nuevo tienen validez universal y necesariamente validez humana.

Importa por ahora crear un ámbito propicio a esta transmutación en base a ideas fuerza y luchas concretas que produzcan:

  1. La eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción, a favor de la propiedad colectiva.
  2. La liquidación de todo aparato de poder concentrado en manos de una minoría, a favor del poder directo en manos del pueblo.
  3. La supresión de toda forma manifiesta y larvada de violencia física, económica, racial y religiosa.
  4. La promoción de la enseñanza colectiva desde los primeros meses de vida del niño.
  5. El aprovechamiento radical de los medios de difusión para la elevación del nivel cultural y técnico del pueblo.
  6. La creación de organismos que posibiliten la orientación libre y espontánea de la juventud hacia todos los ámbitos del trabajo y el saber (aun hacia aquellos que resultaran inútiles a nuestros ojos en el momento actual).
  7. La generación del gobierno colectivo de la educación.
  8. La liberación de todo tabú y fetiche mental.
  9. El rompimiento de las falsas expectativas sicológicas que promueve la sociedad de consumo(1).

De este modo, la creación de un ámbito revolucionario que permita a cada ser humano recibir según sus necesidades y dar según sus posibilidades, es sin duda el más apto para la transformación del hombre.


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SILOISMO
             A) Autoconocimiento
             B) Prácticas de corrección y superación
             C) Ampliación de la conciencia : Trabajo ADMI

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